martes, 8 de septiembre de 2009

Córtame tú o nos corto yo... inicio terminal

La señorita paseaba por su escuela, sus ojos miraban inquietos...
mientras que en su entorno todos reían
y respiraban la libertad del entretiempo.
sus manos tocaban la zona abdominal baja... y oprimian una elevación grasosa, los dedos temblaban y sus uñas tenían toda una historia nerviosa,
apesar de lo poco que quedaba de ellas. los dientes dejaban marcas en sus manos y sus sangrados padastros... ella rogaba botar sangre por algún lugar que no fuese aquel...

ni cigarros, ni hierba, ni alcohol, ni pegamento, ni jeringas felices, ni pastillas sonrientes, ni mezclas nada... no fue su culpa... abstinente..., como ninguna en su espacio liceano... abstinente de palabras... de amigos... en su tiempo tuvo un pequeño grupo de amigas, ahora camina sola, no conversa, aunque quisiera escupir palabras por montón, vomitar sus nervios liberar el peso que se le sumarán unas cuantas semanas, en total unos 9, y que más, su madre le advirtió, "se tú en donde estes no te dejes llevar por las masas" y ahora su masa la acusa, ahora jura y rejura que padece de crisis ansiosas...

solo bastó una madrugada para romper el HIMENtoso pasado feliz.
la señorita retornonaba a su casa, luego de hacer sus labores estudiantiles, la voz maternal aun le sonaba en la cabeza "no te vengas caminando es muy peligroso"
de vuelta a su casa la odiaba... la odiaba tanto, esa oración la entregó al castigador, y ahora algún residuo engendral se acomodaba a su comunmente, inahbitado útero, la señorita entre sus juicios decía porque no te amarraste trompas, por qué dejaste que este maldito se reproduzca y asi continue la lacra abusadora, y los inocentes ovarios entregan al que se autodestruía menstrualmente...

ella sigue... con sus miradas perdidas en los recuerdos que quisiera reprimir pero su liposa panza y sus acomodos, se lo impiden...
y tú residuos de algo, no eres el culpable, pero yo tampoco ...
prefiero evitar mis futuros rechazos y autodestrucción... quieres saber de tu papito... era casi un anciano... verde putrefacto percan... su nariz una gran inflamación roja... las venas en el rostro resaltaban... sus miradas hambrientas de vida... de fruta fresca... y manos arrugadas intrusas gruesas, bruscas destrozaban mis entres, mis piernas y palpaban y gozaban el gustozo sabor virginal, ni una gota de mucosa ... seca seca ingrso su senecto miembro vivido, cocido ultramente recalentado por la vida y su pensamientos ganosos...
el fue el gran sembrador... de la smeilla del mal... del temor, odio a los hombres odio, a la gente, odio a mi madre... mal consejo mal consejo encerrada y guiada a mi inicio terminal de la sexualidad...
y quiza quieras nacer y quizas YO ya no quiera vivir...

no eres TÚ solo soy yo, que ya no aguanto MI...

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